Uno de los mayores enemigos de los escaparates son las radiaciones ultravioletas.
Provocan la decoloración de muebles, tejidos, objetos y todo aquello que se encuentre al alcance de la luz solar.
Para luchar contra este problema existen tres opciones:
La primera y más evidente es la instalación de un toldo. Ventajas: da sombra. Inconvenientes: Coste elevado, obras, licencias, limpieza posterior y deterior por el paso del tiempo.
La segunda: Instalación de persianas venecianas o cortinas anti-UV. Ventajas: Ninguna. Inconvenientes: Antiestético, impiden la visión 24 horas de los productos expuestos en el escaparate. Las cortinas anti-UV tienen un color naranja nada atractivo de cara al cliente que quiere mirar el escaparate.
Y la TERCERA y DEFINITIVA: La instalación de las laminas ANTI-UV. Ventajas: filtran el 99,9 % de los rayos ultravioletas con total transparencia, por lo que no se modifica el resultado del escaparate, instalación rápida y sin obras (puede seguir vendiendo mientras se colocan), aportan una protección extra contra el vandalismo (en caso de rotura del cristal, la lamina impide que se reviente), son más baratas que cualquiera de las soluciones anteriores, no hace falta que vaya rotando los productos del escaparate para evitar su decoloración, por lo que su escaparate es visible 24 horas al día, mantenimiento nulo (se limpian con un poco de agua). Inconvenientes: Que al ser transparentes, parece que no hay nada instalado (esto por decir algo).
Pídanos presupuesto sin compromiso. Si además de quitar los rayos ultravioleta, queremos protejernos del sol, también podemos ofrecerle nuestras laminas solares anticalor, que además de filtrar el 99,9 % de los rayos ultravioletas, consiguen una reducción de 8-10º el el clima interior, así como una reducción de la perdida de calor en invierno.
En la siguiente foto ya estan colocadas las láminas anti-UV. Al ser transparentes, no se aprecia el efecto.
Por cierto el negocio se llama PAKITAS CAKE y son especialistas en pasteleria personalizada, bolleria americana y un largo etc de soluciones muy dulces. Se encuentra en Zaragoza en la Calle San Vicente de Paul nº7.
"Un niño puede convertir la nada en todo, y la desdicha en felicidad"
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